Cobre
El cobre es un oligoelemento esencial para el cuerpo. Interviene notablemente en la formación de los huesos, pero no sólo eso. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y el funcionamiento general del organismo. Anti-inflamatoria y productor de melanina, el cobre no deja de sorprendernos y, sobre todo, ¡ayudarnos a sentirnos en plena forma durante todo el año!
¿Qué es el cobre?
El cobre es un oligoelemento esencial para nuestro organismo. Presente en su estado natural en nuestro organismo, se almacena en una cantidad de 50 a 120 mg para un sujeto adulto, en nuestro cuerpo.
El cobre no es sintetizado por nuestro organismo, por lo que es necesario aportarlo a través de nuestra dieta. Luego se excretará por la bilis y parte por la orina, permitiendo la eliminación del cobre de la dieta que no se absorbe durante el día.
Este mineral esencial participa en la producción de glóbulos rojos y en el mantenimiento de las células nerviosas, cuya función principal es propagar información y crear conexiones entre neuronas. Además, es un eslabón esencial en la protección de sistema inmunitario.
Habrás entendido, el beneficios del cobre son numerosos, por lo que es difícil prescindir de ellos. ¡Te lo explicamos todo a continuación!
Fuentes de cobre
La principal fuente de cobre esalimentar. Dado que el cobre no es sintetizado por nuestro organismo, para beneficiarte de él debes consumirlo a través de determinados alimentos.
Las fuentes dietéticas más importantes de cobre incluyen mariscos, semillas y nueces, vísceras, cereales, salvado de trigo, productos integrales y chocolate.
Beber mucha agua es una solución para aumentar el nivel de cobre en el cuerpo, aunque las cantidades son relativamente pequeñas.
Otras fuentes de cobre:
- hígado ;
- las patatas ;
- el tofu;
- garbanzos;
- el salmon ;
- los abogados.
Cuando la cantidad de cobre es insuficiente debido a un problema de salud o a una dieta pobre o desequilibrada, el consumo de alimentos ricos en cobre ayudará a dar respuesta a la aparición de una deficiencia.
Deficiencia de cobre: ¿cuáles son las consecuencias?
Mantener un nivel normal de cobre en el organismo es fundamental para evitar carencias.
Si las dietas modernas hacen que la deficiencia de cobre sea poco común, la falta de variedad y el consumo de productos procesados aumentan el riesgo de deficiencia.
Otras causas de la falta de cobre pueden ser la enfermedad celíaca, el consumo excesivo de zinc o enfermedades del tracto digestivo.
Los síntomas de la deficiencia de cobre son:
-
fatiga cronica : La deficiencia de cobre es una de las causas de una sensación permanente de fatiga y debilidad muscular. La deficiencia de cobre provoca una reducción de la absorción de hierro, lo que hace que el organismo sea más frágil;
-
el brote de enfermedades recurrentes : Si bien los genes pueden influir, la tendencia a enfermarse con regularidad es uno de los signos de niveles bajos de cobre. Entonces, el cuerpo tiene mayores dificultades para protegerse y hacer frente a las infecciones. Este tipo de deficiencia se asocia con una reducción en la producción de neutrófilos, glóbulos blancos que tienen una función central en la protección del sistema inmunológico;
- Pérdida de memoria y dificultades de aprendizaje. : uno de los síntomas de la deficiencia de cobre es la aparición de trastornos amnésicos correspondientes a la incapacidad de memorizar o recordar acontecimientos recientes. El cobre proporcionará energía al cerebro y le ayudará a eliminar los desechos y toxinas producidas por la actividad cerebral. Su acumulación puede provocar una ralentización de las conexiones cognitivas.
¿Cuáles son los beneficios del cobre?
¿Se siente agotado desde el comienzo del día o se enferma con frecuencia? Descubre a continuación los beneficios del cobre, que podrían ser la solución a tus problemas:
El cobre combate el estrés oxidativo
El estrés oxidativo degrada gradualmente nuestras células. Favorece la producción de radicales libres provocando un desequilibrio o incluso el desarrollo de patologías en la piel o el cabello.
La consecuencia ? A envejecimiento prematuro y la aparición de enfermedades cancerosas como el cáncer de piel. El cobre protegerá naturalmente las células del cuerpo contra los efectos negativos de los radicales libres, pero también de factores externos como la contaminación, el tabaco o los rayos UV.
El cobre participa en la producción de melanina.
El cobre contribuye a la producción de melanina, un pigmento implicado en la coloración de la piel.
El cobre tiene propiedades antiinflamatorias.
La inflamación es una respuesta natural del sistema inmunológico para proteger contra enfermedades o posibles lesiones. Este mecanismo en su cuerpo puede desencadenarse de manera crónica debido a altos niveles de estrés, consumo de tabaco, azúcar o inactividad prolongada y puede durar un período de tiempo (es decir, el tiempo que le toma a su cuerpo eliminar la causa original).
El cobre contribuye al mantenimiento de los tejidos conectivos normales.
Los tejidos conectivos corresponden a las células de varios órganos y sangre. Su función es proteger otros tejidos, asegurar el transporte de nutrientes y fortalecer las defensas inmunitarias del organismo. La función antioxidante del cobre ayuda a eliminar eficazmente los residuos acumulados por el organismo.
El cobre asegura un metabolismo energético normal.
El metabolismo energético representa las reacciones químicas en las células del cuerpo que son responsables de producir energía. El cobre interviene en particular en la oxidación de la glucosa y en su síntesis bioquímica, lo que contribuye al buen metabolismo energético, imprescindible para el funcionamiento del organismo.
El cobre contribuye a la buena salud ósea
Los estudios científicos han demostrado que la suplementación con cobre proporciona una respuesta eficaz a las anomalías óseas que pueden experimentar los bebés con deficiencia de cobre. También es importante para las mujeres posmenopáusicas en las que el cese de la producción de estrógenos provoca una ralentización más o menos importante de la formación de tejido óseo.
El cobre apoya la función cardíaca
Aunque la deficiencia de cobre es rara, puede tener consecuencias incapacitantes, como la aparición repentina de enfermedades cardíacas. El cobre es uno de los oligoelementos esenciales para fortalecer los vasos sanguíneos y reducir el riesgo de hipertrofia cardíaca, un síntoma poco conocido que resulta de la falta de cobre.
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¿Cómo elegir el complemento alimenticio de cobre adecuado?
El cobre como complemento alimenticio se encuentra generalmente en combinaciones de suplementos acoplados con otras moléculas como la vitamina E. El conjunto ayuda a encontrar un organismo en perfecto estado de salud y a responder a una deficiencia de cobre.
Como cualquier ingrediente a consumir, tu complemento alimenticio debe elegirse cuidadosamente para aprovechar al máximo todos estos beneficios.
En primer lugar, el bisglicinato de cobre es una forma preferida de cobre. Biodisponible y altamente asimilable por el organismo, es muy bien tolerado por el organismo y por nuestro estómago, para ofrecernos una cura rápida y eficaz.
La dosis también es importante. Dependiendo del tratamiento que quieras realizar, ya sea solo un tratamiento con cobre o una fórmula más completa en la que el cobre sea uno de los componentes, la dosis puede variar. Si tu objetivo es beneficiarte de los efectos del cobre para el bronceado, te recomendamos una ingesta diaria de 1,5 a 3 mg de cobre. Atención No realizar un tratamiento con zinc o hierro al mismo tiempo, porque estos ingredientes alteran la absorción del cobre por el organismo.
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Cobre: contraindicaciones
El efecto del cobre en el organismo es excelente. Aún pueden ocurrir efectos secundarios y otras interacciones con el tratamiento médico. Es por esto que, en este caso, puede resultar útil la supervisión con un profesional de la salud.
Náuseas, diarrea, complicaciones hepáticas, etc. son los primeros signos de una sobredosis o de una mala absorción después de un tratamiento con cobre en la dieta o de un suplemento.
La toma de un complemento alimenticio de cobre está contraindicada en:
- mujeres embarazadas o en período de lactancia;
- niños;
- personas con debilidades renales y hepáticas.
