Enrojecimiento facial: identifica las causas y adopta las soluciones adecuadas para aliviarlo

Antes de entrar en materia, conviene repasar los tipos de rojeces en el rostro: si algunas aparecen y desaparecen rápidamente y de forma aleatoria, otras se instalan en la piel durante más tiempo, ¡y ahí la historia cambia!

Considerada como el primer grado de una rosácea, la eritrosis es una afección que afecta sobre todo a las pieles sensibles y reactivas y está causada por una dilatación de los vasos sanguíneos superficiales. En un primer momento, la piel del rostro se enrojece regularmente de forma difusa, a veces con sensación de sofoco. Cuando estas rojeces marcan la piel de manera duradera, hablamos de eritrosis del rostro. Se localizan sobre todo a nivel de las aletas de la nariz y las mejillas.

La eritrosis facial no es dolorosa en sí misma, pero sí es fuente de molestia e incomodidad. Estas rojeces dan la impresión de que la persona está constantemente estresada, avergonzada o enfadada (o que se ha tomado alguna copa de más).

👉 Calmar una eritrosis implica tratar a la vez la fragilidad de los vasos y su reactividad. Algunos gestos de belleza permiten limitar estas apariciones intempestivas.

Las rojeces en el rostro no aparecen nunca sin motivo. Como muchas manifestaciones cutáneas, su origen se encuentra tanto en causas externas como internas.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y se encuentra en primera línea frente a las agresiones del entorno: el frío invernal, el viento que azota el rostro, los rayos UV abrasadores del verano, la humedad de ciertos climas y las variaciones bruscas de temperatura tienden a debilitar la barrera cutánea.

Como respuesta, la piel reacciona inflamándose. Estas microagresiones repetidas no hacen más que aumentar la reactividad de la piel, provocando rojeces en el rostro e irritaciones de todo tipo.

Algunas pieles son naturalmente más delicadas que otras, sobre todo por razones hereditarias. Si los miembros de tu familia (y en primer lugar tus padres) tienen una piel propensa a las rojeces y reacciones, es muy probable que tú también tengas predisposición a las molestias cutáneas.

Otro factor desencadenante son las variaciones hormonales, especialmente durante la pubertad, el embarazo o en pieles maduras durante la menopausia. Se trata de periodos durante los cuales la vascularización de la piel puede verse afectada.

También ocurre en personas con trastornos del sistema endocrino. En caso de niveles elevados de hormonas que influyen en la presión sanguínea o en la dilatación de los vasos sanguíneos, la piel del rostro puede verse marcada por sofocos vasomotores y rojeces.

Por ello, las mujeres son más propensas a las rojeces a causa de estas fluctuaciones hormonales, que no facilitan precisamente la tarea de mantener una piel bonita.

Querer camuflar las rojeces en el rostro no es hacer trampa, es ante todo una cuestión de confort diario y de confianza en uno mismo. Aunque el maquillaje no es una obligación, algunos trucos sencillos pueden realzar la belleza de la piel. 😊

El truco de maquillaje en caso de rojeces es el corrector verde, que también puede utilizarse en caso de brotes de acné o piel grasa. Neutraliza las imperfecciones gracias a su color complementario y disimula las marcas de la piel sin asfixiarla.

Dado que contiene pigmentos coloreados, elige productos lo más “limpios” posible. 🌿

👉 Nuestros consejos: aplícalo como base en las zonas del rostro afectadas por signos de irritación después de tus cuidados de día (crema ligera o sérum). También puedes mezclarlo con una base de maquillaje líquida ligera y no comedogénica.

Para calmar las irritaciones y al mismo tiempo matificar el tono, elige un polvo que contenga activos como zinc o camomila, para calmar las irritaciones mientras matificas la tez.

Las rojeces y marcas en el rostro, por muy visibles que sean, no dicen nada de quiénes somos. Aprender a relativizar nuestras imperfecciones físicas es un camino largo para algunos, pero importante para aligerar el peso de las preocupaciones ligadas a la apariencia.

Y como una frase de Osho vale más que mil trucos: “Sé tú mismo. Nunca intentes ser otra persona. Es la única manera de madurar. La madurez es aceptar la responsabilidad de ser uno mismo, cueste lo que cueste”. 🧘

Como ocurre con muchas manifestaciones y molestias físicas, y más aún tratándose de la piel, a veces basta con modificar ciertos hábitos de vida y adoptar los gestos adecuados para notar un cambio. Entre otras cosas, atenuar las rojeces del rostro sin pasar por el láser.

Evita los alimentos susceptibles de agravar las rojeces, como el alcohol o los platos muy picantes, y reduce al máximo las sustancias irritantes como el tabaco. Asegúrate también de mantener un ambiente sano en casa, con una temperatura y un nivel de humedad adecuados.

👉 Nuestro consejo en el plato: apuesta por alimentos frescos, poco procesados y de temporada, a ser posible procedentes de agricultura ecológica y/o de cultivos locales. ¡Bueno para la piel y para el planeta! 😀

Nuestra piel está compuesta en un 70 %, la hidratación es el primer reflejo de belleza que hay que adoptar. Beber suficiente agua permite mantener una buena flexibilidad y elasticidad cutánea.

👉 Adopta una rutina de cuidado adaptada para reforzar la barrera cutánea y limitar el impacto de las agresiones externas.

Aunque no siempre sea fácil mantener la calma en medio de nuestro ritmo frenético, bastan unas pocas técnicas simples de relajación para regular el sistema nervioso.

👉 Una sesión de yoga suave, algunos estiramientos al principio y al final del día o ejercicios de respiración abdominal profunda ayudan a calmar la mente y, por extensión, la piel.

Las rojeces en el rostro suelen percibirse como una carga, pero algunos gestos y buenos hábitos permiten calmarlas. Mejor aún: aprender a aceptarlas y verlas como una característica propia ayuda a aliviar su peso en tu día a día. Sé indulgente con tu piel, ¡está haciendo lo mejor que puede!