Manchas de hiperpigmentación: ¿cómo prevenir su aparición y atenuarlas?

La melanina es un pigmento natural producido por células especializadas, los melanocitos, que se encuentran en la epidermis. Desempeña un papel esencial al proteger la piel de los rayos ultravioleta (UV) del sol, absorbiéndolos y disipando su energía. Esta función protectora explica por qué nuestra piel se broncea tan bonito tras la exposición solar. ☀️

Cuando la producción de melanina está bien regulada, el tono de la piel permanece uniforme. Sin embargo, si este proceso se desequilibra, puede provocar la aparición de manchas pigmentarias.

Las manchas de hiperpigmentación se forman cuando los melanocitos, las células responsables de producir melanina, la generan en exceso. Este fenómeno lo desencadena la tirosinasa, una enzima que transforma la tirosina (un aminoácido) en melanina. Si esta enzima está demasiado activa, la producción de melanina se dispara, lo que conlleva una mayor producción de melanosomas, las estructuras donde se almacena la melanina. Estos melanosomas se transfieren de manera irregular a los queratinocitos de la epidermis, lo que conduce a la aparición de marcas pigmentarias visibles en la superficie de la piel.

Estas marcas cutáneas pueden ser localizadas o difusas, y cada tipo presenta causas y características específicas. Veámoslo más de cerca. 🧐

También llamadas léntigos actínicos, estas marcas aparecen en las zonas más expuestas al sol, como el rostro, el cuello, el escote y los antebrazos. Son el resultado de una exposición prolongada a los rayos UV, que estimula la producción de melanina.

Los léntigos solares se manifiestan como pequeñas lesiones marrones, planas y de bordes irregulares, con tonos que van del marrón claro al oscuro. En resumen, unas manchas que se hacen pasar por marcas de bronceado… pero menos favorecedoras. 😡

Tras un brote de acné, una quemadura o una irritación, la piel a veces tiene la mala costumbre de “dejar huella” con marcas cutáneas oscuras una vez que la inflamación ha remitido. Estas manchas HPI aparecen en distintas zonas del cuerpo y varían en tamaño, como resultado de una producción excesiva de melanina en respuesta a la agresión.

Ten en cuenta además que las pieles acneicas o atópicas son aún más propensas, ya que estos tipos de piel reaccionan con mayor facilidad a las inflamaciones e irritaciones. ¿Y lo peor? ¡Estas manchas de hiperpigmentación pueden aferrarse durante mucho tiempo antes de desvanecerse!

El sol está muy bien para las vacaciones… ⛱️ ¡pero mucho menos para nuestra piel! De hecho, es el culpable n.º 1 cuando se trata de hacer aparecer manchas de hiperpigmentación.

Para proteger las capas profundas de la piel de los rayos UV, los melanocitos se ponen en modo “sobreproducción” de melanina. ¿Resultado? Imperfecciones que se instalan en nuestra piel… y que, por desgracia, suelen resistirse a desaparecer. Y, como por arte de magia, eligen siempre las zonas más expuestas: rostro, manos, escote… ¡Justo donde preferiríamos que fueran invisibles!

Las variaciones hormonales influyen directamente en la actividad de las células pigmentarias. Durante el embarazo, pero también con la toma de anticonceptivos orales o tratamientos hormonales, las hormonas se convierten en auténticas directoras de orquesta que estimulan a los melanocitos, provocando una producción excesiva de melanina.

Esto da lugar a la aparición de marcas difusas en zonas específicas del rostro. Este fenómeno es especialmente frecuente en personas predispuestas y, por supuesto, puede intensificarse si la piel se expone al sol.

Las agresiones cutáneas, como los granos de acné, el eccema o incluso cortes que han cicatrizado mal, pueden dejar marcas indeseadas una vez iniciada la curación. El culpable: la inflamación, que desencadena una sobreproducción de melanina en la zona afectada.

Y ahí lo tienes… manchas oscuras justo donde hubo inflamación. Cuanto más intensa o prolongada sea la inflamación, mayor será el riesgo de hiperpigmentación. Este fenómeno es especialmente frecuente en pieles acneicas o atópicas, que reaccionan más fuertemente a las irritaciones e inflamaciones.

La genética influye en la sensibilidad a la pigmentación y a la exposición a los factores externos, desempeñando así un papel importante en la aparición y distribución de las manchas de hiperpigmentación. Si tus antepasados tenían pecas, es muy probable que seas más propenso a desarrollarlas.

Los genes también influyen en tu tipo de piel, lo que puede contribuir a la aparición de la hiperpigmentación. Por ejemplo, una mutación del gen FLG puede volver la piel atópica y propensa al eccema, mientras que una superproducción de sebo —a menudo ligada a la genética— puede provocar acné, lo que aumenta el riesgo de aparición de marcas en la piel.

Algunos medicamentos y productos pueden volver tu piel más sensible al sol. Por ejemplo, los antiinflamatorios, ciertos tratamientos de quimioterapia e incluso cosméticos como los perfumes pueden aumentar tu vulnerabilidad a los rayos UV. En pocas palabras, tu piel se transforma en una auténtica pila eléctrica, lista para reaccionar en cuanto se encuentra con un poco de sol. ¿Resultado? Las manchas de hiperpigmentación pueden asomar la nariz incluso tras una exposición moderada.

Entonces, ¿qué hacer para prevenir la aparición de estas imperfecciones cutáneas tan poco estéticas? ¡Apostar por la prevención!

Aquí van tres consejos para limitar la sobreproducción de pigmento y mantener una piel más uniforme.

La exposición a los UV es uno de los principales responsables de las manchas de hiperpigmentación. Para mantener a raya a estos intrusos, aplica a diario un protector solar SPF 50+, incluso en invierno (sí, el sol sigue ahí aunque no lo veamos). 🧴 Elige una protección de amplio espectro (UVA + UVB), con filtros minerales o químicos, para limitar la estimulación de las células pigmentarias. Y, sobre todo, recuerda reaplicarlo cada dos horas si vas a estar expuesto mucho tiempo. Ah, y el sombrero y las gafas de sol… ¡no son opcionales!

Primera regla: evita tocarte los granos o las cicatrices, ya que puede provocar manchas postinflamatorias. Adopta una rutina adaptada a tu tipo de piel, con ingredientes calmantes y no irritantes para controlar las imperfecciones sin crear nuevas marcas.

Si estás embarazada o utilizas anticoncepción hormonal, ¡mejor no tomar el sol demasiado tiempo!

Y cuidado con los productos que aplicas: algunos aceites esenciales de cítricos, los retinoides o ciertos medicamentos pueden volver tu piel más vulnerable a los rayos UV. Tenlo en cuenta antes de salir al sol.