Poros dilatados: comprender, prevenir y reducir
Los poros dilatados son el desafío definitivo para las pieles mixtas y grasas, pero no solo para ellas. Estas pequeñas aberturas, que dan un aspecto irregular al tono, pueden arruinar el humor de todos los tipos de piel. ¿Te preguntas por qué estos poros se dilatan y, sobre todo, cómo estrecharlos para recuperar un cutis liso y uniforme? Te lo explicamos todo, de las causas a las soluciones, para decir adiós a los poros dilatados. 😉
¿Qué es un poro?
Los poros son diminutas aberturas en la superficie de la piel que permiten que el sebo y el sudor salgan y que la piel respire. Sin ellos, nuestra piel no podría eliminar toxinas ni regular la temperatura corporal.
Existen dos tipos de poros:
Los poros sebáceos, que liberan el sebo, una sustancia oleosa necesaria para proteger la piel y mantener su hidratación.
Los poros sudoríparos, que evacuan el sudor.
Son principalmente los poros sebáceos los que dan al cutis un aspecto irregular cuando se dilatan. Pero, ¿por qué se dilatan?
Causas de la dilatación de los poros en el rostro
Varios factores pueden provocar la dilatación de los poros del rostro, y conocer las causas es el primer paso para remediarlo. Así que, a quienes estaban a punto de saltar directamente a las soluciones, ¡alto ahí! Es hora de aprender a entender tu piel. 💡
Exceso de sebo
La primera causa de los poros dilatados es el exceso de sebo. Cuando la piel produce demasiado sebo, los poros se llenan y se agrandan para permitir que esa grasa se evacue. Por eso, los poros dilatados suelen encontrarse en la zona T —nariz, frente y mentón—, donde las glándulas sebáceas son más numerosas.
Acumulación de suciedad y células muertas
Cuando los poros están obstruidos por impurezas y células muertas, se expanden para permitir que el sebo fluya. Cuanto más dilatados estén, más impurezas y bacterias se instalan en ellos. Y ahí empieza la caída a los infiernos con la aparición de problemas de piel: puntos negros, granos, microquistes, rojeces, etc.
Envejecimiento cutáneo
El colágeno y la elastina, responsables de la firmeza de la piel, disminuyen con la edad. La piel pierde elasticidad y los poros se hacen más visibles.
Factores genéticos
El tamaño de los poros está determinado en parte por tus genes. Si tus padres tienen exceso de sebo y poros dilatados, es muy probable que tú también los tengas.
Exposición al sol
El sol es un enemigo para los poros. Los rayos UV dañan el colágeno, lo que provoca flacidez de la piel y dilatación de los poros. También estimulan la sobreproducción de sebo y engrosan la piel.
Malos hábitos de cuidado
El uso de productos agresivos y comedogénicos, la falta de limpieza o la ausencia de protección solar pueden agravar la dilatación de los poros. Cuidar la piel con productos adecuados para tu tipo de piel es esencial para mantener poros más estrechos.
Soluciones para estrechar los poros del rostro
Ahora que hemos identificado las causas, pasemos a las soluciones. Aunque no puedas hacerlos desaparecer por completo, existen varias maneras de estrechar los poros dilatados y mejorar el aspecto de tu piel.
Usar cremas no comedogénicas
Aunque tengas la piel grasa, debes hidratarla. Una piel bien hidratada es más elástica, lo que hace que los poros sean menos visibles. Pero opta por:
Cremas ligeras a base de agua;
Sérums con niacinamida o ácido hialurónico;
Aceites no comedogénicos.
Elige siempre productos no comedogénicos que hidraten la piel sin obstruir los poros. Piensa también en suplementarte con ácido hialurónico para potenciar la capacidad de tu piel de retener la hidratación.
Exfoliar la piel con regularidad
Exfoliar regularmente tu piel es indispensable para evitar la espiral infernal: exceso de sebo = poro dilatado = bacterias y células muertas = poro obstruido = poro aún más dilatado. La exfoliación elimina células muertas y suciedad para impedir la obstrucción de los poros.
Elige exfoliantes suaves, como los que contienen ácido salicílico. También llamado ácido beta-hidroxi o BHA, el ácido salicílico es una molécula natural que penetra en los poros, los purifica y sanea en profundidad, pero con suavidad, sin irritar la piel. ¿Resultado? ¡Poros desobstruidos sin “despertar” tus glándulas sebáceas! ✌️
Purificar la piel con activos adecuados
Las mascarillas a base de arcilla, carbón u otros ingredientes purificantes como la niacinamida son excelentes para absorber el exceso de sebo, sanear la piel y reducir la apariencia de los poros. Aplica una mascarilla purificante una vez por semana.
Usar una loción astringente
Las lociones o hidrolatos astringentes (hamamelis, menta piperita, etc.) están formulados para estrechar los poros. Actúan eliminando el exceso de sebo y tonificando la piel.
Aplica una loción astringente después de la limpieza del rostro de forma regular para reafirmar los poros y afinar la textura de tu piel. Elige una fórmula suave para evitar resecar o irritar, y completa con una buena hidratación.
Proteger la piel con un protector solar adecuado
Debes proteger tu piel de los rayos UV para evitar que dañen el colágeno y estimulen la producción de sebo. Utiliza un protector solar no comedogénico todos los días, incluso con cielo nublado, para evitar que tus poros se dilaten más. Para acelerar la reparación de los daños ya causados, puedes usar complementos de colágeno marino, vitaminas y zinc.
Adoptar una rutina de cuidado regular
La regularidad es la clave para unos poros menos visibles:
Limpia tu rostro mañana y noche;
Purifica y exfolia tu piel cada semana;
Usa lociones astringentes a diario.
Solo con constancia y paciencia podrás recuperar una textura de piel más fina y uniforme.
Trucos adicionales para minimizar los poros dilatados
Para completar tu rutina, aquí tienes 3 trucos que pueden marcar la diferencia.
Desmaquillarse: cuestión de vida o muerte
Desmaquíllate y limpia tu piel cada noche como si te fuera la vida en ello. Elimina suciedad, contaminación y exceso de sebo acumulados durante el día para que tu piel pueda respirar. Te lo agradecerá con un tono más uniforme al despertar.
Y recuerda limpiar las brochas de maquillaje, fundas de almohada y toallas con regularidad. Una piel sucia multiplica los problemas: granos, rojeces, inflamación, piel apagada…
Productos agresivos: el enemigo acérrimo
Los productos demasiado abrasivos o desecantes pueden empeorar los poros dilatados. Elige cuidados suaves, naturales y formulados para respetar el equilibrio de tu piel.
Cuanto más agredas tu piel con la esperanza de erradicar granos y sebo, más sebo producirá para protegerse. Purificar tus poros sin “aniquilar” tu piel es la clave del éxito. 😆
Frío sí, pero sin pasarse
El frío es conocido por estrechar los poros. Tras limpiar el rostro, enjuágalo con agua fría para un efecto tensor instantáneo. Pero evita aplicar cubitos de hielo, porque volverías a agredir la piel y a estimular las glándulas sebáceas.
Los poros dilatados no son invencibles. Con los productos adecuados, una rutina adaptada (a las pieles grasas) y un poco de perseverancia, ¡podrás alzarte con la victoria y lucir una piel lisa y uniforme! ✨