Linus Pauling: sus descubrimientos sobre la vitamina C

¡Se podría pensar que Linus Pauling estudió en profundidad la vitamina C a lo largo de su vida! Pero no fue hasta mediados de la década de 1970 –más de 10 años después de recibir su segundo Premio Nobel– que Pauling se interesó verdaderamente por la vitamina C.  

Inspirado por el trabajo de Irwin Stone, en 1973 cofundó el Instituto de Medicina Linus Pauling, un instituto de investigación dedicado a la “medicina ortomolecular”. Esta pseudociencia sugiere que una ingesta óptima de nutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos esenciales) permite luchar contra la mayoría de los factores de mortalidad en los países industrializados, como el cáncer.  

También declaró sobre este tema:  

“Me fascina la idea de que estas sustancias, que generalmente consumimos en pequeñas dosis, puedan tener efectos favorables para la salud cuando ingerimos cantidades de 100 a 1.000 veces superiores. Para mi sorpresa, encontré mucha evidencia que respalda la idea de que grandes dosis de vitaminas podrían ser clínicamente útiles. »  

Considerando la vitamina C como una de las más importantes de estas moléculas, llegó a consumir cerca de 3 gramos por día para encontrar el equilibrio físico y mental.  

Aunque hasta entonces había sido elogiado por la comunidad científica de la época gracias a su Premio Nobel de Química (¡el propio Einstein reconoció la genialidad del científico americano!), esta posición sobre la vitamina C provocó una protesta generalizada en el ámbito farmacéutico y médico. Muchos académicos estadounidenses denunciaron la ineficacia del tratamiento.  

Sin embargo, a través de trabajos y experimentos, Linus Pauling logró reunir a su causa a un gran número de científicos, médicos especialistas y naturópatas.  

El debate suscitado por este científico excepcional tiene el mérito de poner de relieve toda la complejidad de la reina de las vitaminas.